Es un discurso general el que una vida eterna sería una tortura porque acabarías aburrido de todo y sin un motivo para vivir, y aunque coincido con esto en general, creo que a veces se subestima la capacidad de un humano para experimentar el mundo que le rodea.
Pienso que si uno supiera disfrutar de ellos, podría pasarse cientos o miles de años leyendo libros, conociendo culturas antiguas, visitando lugares maravillosos, llevando hasta los límites lo que nuestro mundo puede ofrecernos. Pienso también que cada persona es algo único, no en el sentido positivista de que todos somos especiales, si no en el sentido de que literalmente somos entes únicos, con una experiencia vital irrepetible, cada humano que ha vivido, vive y vivirá cuenta con una visión del mundo que nadie puede conocer salvo ellos mismos, pero entre humanos podemos intentar intercambiar historias e ideas para que otras personas puedan asomarse a lo que hemos sido.
Otro aspecto del que me parece importante hablar es del limitado número de papeles que alguien puede representar. Este es un pensamiento que me ha rondado la cabeza desde hace algún tiempo y me parece algo incluso cruel. A mi siempre me ha gustado la ciencia y la tecnología, es por eso que decidí estudiar ingeniería informática. Durante la carrera, me he dado cuenta de que me encanta lo que estudio y las habilidades que he adquirido ya no tan solo para el mundo laboral, si no también habilidades que me permiten crear utilidades para mi uso y disfrute, como esta página web mismamente. Sin embargo, me es imposible pensar que hay muchas otras posibles vidas que ya no podré experimentar. ¿Y si hubiera sido militar? Seguramente habría conocido a muchos compañeros y grandes personas durante mi carrera, ¿si hubiera sido doctor? Tal vez me habría gustado la vida de trabajar en un hospital, y llegar a mayor habiendo salvado muchas vidas, ¿y si hubiera dedicado mi vida al arte? Quizás me habría hecho famoso, quizás no. Al punto al que quiero llegar es que son cosas que ya no podré experimentar, y es en parte triste. Ni si quiera me centro en las cosas que sé que me gustarían, por ejemplo ¿que pasaría si hubiera decidido ser cura? No es algo que me llame la atención, pero, ¿por qué no iba a ser una vida emocionante? ¿Quién decide que vida es más emocionante que otra? El caso es que solo puedes responder a esa pregunta si has vivido esas vidas, pero tristemente no podemos.
Realmente creo que la esperanza de vida humana no está equilibrada con las posibilidades que nuestra mente nos ofrece, hay una clara descompensación. A mi parecer, nuestra mente se ve limitada por la efímera huella de nuestro cuerpo. Me gustaría que pudieramos vivir algunos cientos de años. No estoy seguro de si me gustaría que existiera una reencarnación, eso sin duda nos permitiría vivir muchas vidas, algo que me llama la atención, pero no me gusta demasiado pensar en los eventos tras la muerte.
La solución que se me ha ocurrido ante esta imposibilidad de experimentar todo lo que el mundo ofrece en una vida humana reside en la lectura. Yo soy lector, no leo tanto como me gustaría pero todos los libros que leo me apasionan, en concreto soy un fanático de la literatura fantástica pero no me cierro a ningún género. Mi experiencia leyendo me ha llevado a comprender que leer es una forma de vivir otras vidas. Recomiendo a todo el mundo que lea algo, cerrarse a la lectura es perderse una de las formas más asequibles de descubrir el mundo en todas sus formas.