Una actividad que disfruto mucho es salir en bici a dar un largo paseo. En particular, me gusta salir a hacer una ruta por el campos más que por la ciudad.
Me he dado cuenta al hacer esto de que existen lugares fuera de las ciudades que si bien son conocidos por algunas personas que también salen a hacer deporte o pasear, para la mayoría de las personas permanecen ocultos. Estos lugares me encantan ya que si bien son accesibles a cualquier persona, la mayoría de ellas no va a pasar por ellos frecuentemente, como sí pasa con cualquier lugar dentro de una ciudad. Esto hace que sean lugares que se sienten como privados, y donde si te encuentras a alguien sabes que muy probablemente es una persona con un interés por lo natural mayor al de la mayoría.
Un ejemplo de este tipo de lugares que se me viene a la mente se encuentra en medio de un camino rural entre dos pueblos, un lugar poco transitado, ya que para desplazarte entre esos dos pueblos lo normal es coger el coche e ir por carretera. Sin embargo, si decides tomar la ruta natural, a mitad del camino se encuentra un pequeño puente romano de piedra sobre un arroyo. Es un lugar por el que no ves pasar demasiada gente, lo que te hace sentir especial cuando te encuentras allí. Otro ejemplo similar que me viene a la mente es el de un depósito de agua antiguo y oxidado que se encuentra por otro camino rural.
En cierta medida, me resulta algo liberador el conocer caminos escondidos y rutas poco utilizadas para llegar de un sitio a otro que a muchas personas ni siquiera se les pasaría por la cabeza. Creo que conocer de estos lugares y rutas ocultos te hace más libre hasta cierto punto.
Es a esto a lo que me refiero cuando hablo de lugares ocultos a la vista de todos, y animo a cualquiera que tenga la posibilidad a explorar los límites y alrededores de su pueblo o ciudad en busca de estos sitios.